viernes, 31 de octubre de 2014

Tan solo para ti






Queridísima mía,




¿Existe un punto de retorno para salir de esta poética necesidad de escribirte continuamente? Creo que sí lo hay, y asimismo creo que ese cambio de rumbo no se podría tomar si no fuera con un inmenso dolor, cuando algún día -no muy lejano- estas numerosas cursivas malogradas te hubieran inspirado la suficiente confianza para que en alguna conversación me confieses de tus secretos e intimidades. En ese momento irrumpirán en mi corazón -como las olas el arrecife-, los retratos de un merecido amor en tu vida, semillero de demasía de creaciones prosaicas que envenenarán mi hombría.

Lo afrontaré revirtiendo la esencia de mis estrofas dedicadas a tu infinito encanto mujeril. 


domingo, 12 de octubre de 2014

Soy adicto a amarte





Aquí continúo, esperando la contestación de tus palabras exactas.



Igual que los pescadores, todos los años, le pedían ayuda a la Patrona de las Mareas, los días 2 de febrero, así supongo que llegará tu correcta contestación (casi-casi) cuando me decida a dejar de esperarla, si me hubiera llegado ayer, hubiera sido inmensamente feliz. Lo mismo me hubiera sentido si me llegaban hoy, tanto mañana como pasado mañana. No dejo de apreciarte en el tiempo de espera que transcurre entre las frases de tus contestaciones. Au contraire. Pienso que te sucederá que rompes un poco con tu costumbre de contestarme ni bien me lees. También me preocupo un poco, puesto que pienso que algún adjetivo mío te puede haber puesto a la defensiva. Ya nos conocemos un poco…



Al pensar en estas curiosidades me preocupo también por tus cosas de todos los días. Qué serán las galeras, o te imagino fregando platos cuando friego los míos. ¿Quién cocinará para tus mediodías? Te amo en cada espera de ti. Pero tú ya tienes a alguien para lo que quieres más. así que los viernes pasarán sin que pueda estar pendiente de tus llegadas. ¿Me echarás alguna vez de menos? Una pregunta bien formulada puede llegar a ser más útil que todo un día de pensamientos.





Soy adicto a amarte





Amarte es una dulce enfermedad

“Patología ingenua en un planeta de caótica insanía”.



Cocaína, pepa o el humito:

En mi imprudencia transité por todas ellas

Pero de todas las esclavitudes conocidas

La mejor de ellas ha sido ser adicto a amarte.