viernes, 31 de octubre de 2014

Tan solo para ti






Queridísima mía,




¿Existe un punto de retorno para salir de esta poética necesidad de escribirte continuamente? Creo que sí lo hay, y asimismo creo que ese cambio de rumbo no se podría tomar si no fuera con un inmenso dolor, cuando algún día -no muy lejano- estas numerosas cursivas malogradas te hubieran inspirado la suficiente confianza para que en alguna conversación me confieses de tus secretos e intimidades. En ese momento irrumpirán en mi corazón -como las olas el arrecife-, los retratos de un merecido amor en tu vida, semillero de demasía de creaciones prosaicas que envenenarán mi hombría.

Lo afrontaré revirtiendo la esencia de mis estrofas dedicadas a tu infinito encanto mujeril. 


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