domingo, 7 de diciembre de 2014
viernes, 5 de diciembre de 2014
Para estas Navidades
Queridísima mía,
En Finlandia los maestros ya no enseñarán más manuscrita.
Ese es un motivo para que la gente tan sensible como tú se entristezca
enormemente: puesto que en un futuro no muy lejano, estos amorosos epistolarios
que tanto amor causan al escribirse y tanta expectativa producen al recibirlos,
se irán extinguiendo como hoy pueden extinguirse los cómicos marsupiales o las
ballenas líricas. Por eso aprovecho que aún es posible estremecerte a través
de estas sensibles notas cursivas, y espero con todo mi corazón y mi más vivo
cariño que todo lo que te he escrito a
lo largo de este tiempo llegué a tus manos para estas Navidades. Hoy desperté y no pude evitar el recuerdo de nuestras canciones. Como si me las estuvieras cantando al oído...
dnld, diciembre 2014
miércoles, 26 de noviembre de 2014
Cuantas veces habré dicho (8 versos)
Cuantas veces habré dicho “Esta es la última vez
que te nombro en un soneto”;
Sin embargo en el próximo cuarteto
tus miradas cifran coplas por rimar.
Tu luz ha sido y es aún esa cascada
Que me atraviesa de polo a polo el alma:
El canto alegre de esas aguas me dictó
Cada palabra del libro que te nombra.
25 de noviembre, 2014
dnld
Le petite mort
Me sigues haciendo falta. En medio de tanta incompetencia,
incredulidades e injusticias, el pensamiento de ti es la única felicidad en mí
mismo. Y siempre que te recuerdo, tu carita feliz me devuelve la esperanza en
el futuro. Es bien cierto que he oído otros te amo y otros te amo pronuncié.
Pero algunas cópulas me compartieron contigo, durante los espectaculares
segundos de la pequeña muerte.
domingo, 16 de noviembre de 2014
Una tumba de piedra para un ba-báu
¡¡¡¡¡Qué friiiiiiiio!!!! Salamanca y las paupérrimas pedanías
ya no tendrán en sus ornamentos los colores que se combinan con el amarillo
feliz de la luz: zainos nubarrones de mediados de otoño grisantearán cada metro
de las baquías que adornan el mapa de las tierras subtormesinas. En las orillas
del camino a Monterrubio de Armuña se ven algunas cosas. La turista se aparta
de la ruta y arrastra el pie igual que un toro amenazando con embestir, porque
se quiere limpiar la caca de perro recién pisada. Me cago de risa. Qué viento
hace, la bici engrasada rejuveneció y ahora anda como un bb. Dos corredores
orillean el pavimento, y saludan con secos ¡Áu! cuando lo pasan a uno por el
costado. San Cristóbal de la Cuesta se avista en lo alto, a un kilómetro de
distancia, cuando el campanario abandonado despunta detrás del cerro. La
tormenta se aleja, dándole paso al sol y a una mariconada de fotoncitos. Pasado
el pueblo, el barcito de poca monta y las asociaciones de fomento dicen adiós
si uno camina cerca. Camino a casa, 2 kilómetros cuesta arriba, y a punto de
terminarlos, en el terraplén cada vez más afeado por los papeles, la tumba de
piedra para un ba-báu dice lo humanizado que la familia tenía al perro. Una
nube con redondez irregular se atravesó por la estela desarrollada de un avión
a chorro, como si fuera un poroso y blanco corazón de Cupido.
Getsmi solsum!! Mi queridísima tierra subtormesino!
dnld, Otoño 2014
Suscribirse a:
Entradas (Atom)