Aquí continúo, esperando la contestación de tus palabras
exactas.
Igual que los pescadores, todos los años, le pedían ayuda a
la Patrona de las Mareas, los días 2 de febrero, así supongo que llegará tu
correcta contestación (casi-casi) cuando me decida a dejar de esperarla, si me
hubiera llegado ayer, hubiera sido inmensamente feliz. Lo mismo me hubiera
sentido si me llegaban hoy, tanto mañana como pasado mañana. No dejo de
apreciarte en el tiempo de espera que transcurre entre las frases de tus
contestaciones. Au contraire. Pienso que te sucederá que rompes un poco con tu
costumbre de contestarme ni bien me lees. También me preocupo un poco, puesto
que pienso que algún adjetivo mío te puede haber puesto a la defensiva. Ya nos
conocemos un poco…
Al pensar en estas curiosidades me preocupo también por tus
cosas de todos los días. Qué serán las galeras, o te imagino fregando platos
cuando friego los míos. ¿Quién cocinará para tus mediodías? Te amo en cada
espera de ti. Pero tú ya tienes a alguien para lo que quieres más. así que los
viernes pasarán sin que pueda estar pendiente de tus llegadas. ¿Me echarás
alguna vez de menos? Una pregunta bien formulada puede llegar a ser más útil
que todo un día de pensamientos.
Soy adicto a amarte
Amarte es una dulce enfermedad
“Patología ingenua en un planeta de caótica insanía”.
Cocaína, pepa o el humito:
En mi imprudencia transité por todas ellas
Pero de todas las esclavitudes conocidas
La mejor de ellas ha sido ser adicto a amarte.